La guagua

     Como ingenieros (lamentablemente) a veces creemos que podemos hacerlo todo. Dentro del marco del major de Ingeniería en Diseño e Innovación, esto se siente con aún más fervor debido al carácter interdisciplinario de esta especialidad, haciéndonos creer que con las distintas habilidades que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra carrera podemos hacer lo que sea. Ya nos encontramos en la fase final de prototipado. Esto ha significado adentrarnos a un nuevo mundo de manufactura la cual, debido a la particularidad de nuestro desafío, es regida bajo rigurosos estándares médicos y sanitarios. El trabajo con materiales como policarbonato y acero inoxidable han sido algo nuevo para Martita, Martín y yo y el saber ceder la tarea de trabajar estos materiales con el fin de manufacturar nuestro prototipo ha sido muy difícil.

Siento que esta situación es comparable (a niveles muy extremos y exagerados) a una madre o padre primerizx cediendo la supervisión de su recién nacidx a alguien más. Debido a la cantidad de horas que le hemos dedicado a nuestro proyecyo y el profundo conocimiento que tenemos acerca de cómo debe funcionar, su manufactura y hasta el más mínimo detalle del prototipo, se nos hace muy difícil asumir que la labor de materializar este concepto que llevamos tanto tiempo craneando no podrá ser realizada del todo por nosotrxs. Sin embargo, debemos entender que no lo podemos hacer todo y, debido a las restricciones de tiempo, simplemente no es viable que aprendamos, practiquemos y posteriormente realicemos (con éxito) todo lo que una vez asumimos que haríamos. Además, si queremos que el resultado final de neustra cabina sea lo más cercana a la idea que tenemos planeada, debemos asumir que derivar la manufactura a terceros que sean expertxs en el rubro es lo más prudente.

Visitando una planta de diemnsionado de acero inoxidable; Fuente Propia

Siendo muy tercos, esta ha sido una realidad muy difícil de asumir y fue necesario que la profe nos lo repitiera en varias ocasiones para que nos demos cuenta de la realidad de la situación. Ahora nos toca delegar, pasarle la batuta a alguien más y confiar que lograremos materializar la idea con la que tanto soñamos.